LUMBALGIA

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LUMBALGIA

Este mes vamos a dedicar este artículo a la lumbalgia. Según la etimología, el término médico lumbalgia, viene del latín lumbus, que siginifica parte baja de la espalda y del griego algia, que siginifica dolor. Por lo tanto la lumbalgia será el dolor en la parte baja de la espalda.

Quién de nosotros no ha ido alguna vez al médico por este tipo de dolor. Seguramente muy pocas serán las personas que no lo habrán hecho, ya que según diferentes estudios, la lumbalgia afecta al 80% de la población alguna que otra vez en su vida y es una de las principales causas de baja laboral en las personas activas de menos de 45 años.

Pero, ¿por qué se produce una lumbalgia?. Es una pregunta que no mucha gente se hace ya que son muchas las personas que acuden al médico por dolor en la parte baja de la espalda, el médico le comunica que tiene lumbalgia, le receta algún tipo de antiinflamatorio y/o relajante muscular, le manda reposo y que se ponga calor. Todo esto está  muy bien, pero  posiblemente lo hubiésemos podido hacer nosotros mismos sin tener que haber ido al médico. Pero ¿por qué? Se produce este dolor, esto es lo que vamos a intentar  explicar en este artículo.

La respuesta a ¿por qué se produce una lumbalgia?, ya es mucho más compleja, ya que pueden ser varios los factores que intervengan para que se produzcan los trastornos músculo-esqueléticos que dan lugar a la lumbalgia. La lumbalgia no es una enfermedad sino una serie de síntomas o trastornos que dan lugar al dolor en la parte baja de la espalda.

Prácticamente cuando hay un dolor en la región lumbar, es porque existe un desequilibrio mecánico en la columna, una rotación de pelvis, una anteversión de la pelvis, un desequilibrio sacro-ilíaco, de forma que las vértebras no apoyan bien una encima de otra y esto  a su vez nos produce una alteración también a nivel muscular produciéndonos espasmos musculares y contracturas que dan lugar al dolor en la zona lumbar.

También las disfunciones viscerales del intestino delgado, intestino grueso, riñón e hígado, pueden alterar el equilibrio mecánico de la columna vertebral. Con esto no queremos decir que tengamos que padecer ningún tipo de enfermedad en estos órganos, simplemente que no funcionan bien, que sus movimientos tanto de movilidad como de motilidad se ven afectados y producen un acto reflejo que nos puede llevar a desequilibrios mecánicos en la columna.

Otro factor a tener en cuenta son las alteraciones posturales globales que presentan mucha gente, como por ejemplo un excesiva curva marcada en la zona lumbar (hiperlordosis), un acortamiento de una pierna respecto a la otra, una excesiva carga a nivel de las vertebras dorsales (cifosis dorsal), todo este tipo de alteraciones posturales también a la larga producen desequilibrios mecánicos que nos llevan a sufrir una lumbalgia. Además también de la sobrecarga laboral, y cuando decimos sobrecarga laboral no solo nos referimos a las malas posturas que podemos adoptar en nuestro trabajo, sino también a la carga emocional de estrés que podemos soportar en nuestro trabajo, todo ese peso de problemas, de tensiones, etc va cayendo poco a poco sobre nuestra espalda y hace que también se produzcan desequilibrios mecánicos por culpa de estas circunstancias.

Todo este tipo de circunstancias en mayor o menor medida hacen que se provoquen inflamaciones de los ligamentos, de los discos vertebrales, irritaciones de terminaciones nerviosas, bloqueos articulares que nos impiden el movimiento normal de la espalda y dan lugar a los espasmos y contracturas musculares que hemos mencionado antes y que nos producen las temidas lumbalgias.

Por lo tanto para las temidas lumbalgias lo que tenemos que ser, es previsores, y evitar en lo posible cualquier tipo de alteración de las que hemos mencionado que nos lleven a producir un dolor lumbar. Lo más importante es cuidar el equilibrio mecánico de la columna a través de una correcta educación postural y esto lo podemos conseguir acudiendo de vez en cuando a un buen osteópata, quiropráctico o fisioterapeuta que nos ponga nuestra columna en equilibrio, nos relaje la musculatura de la espalda y sea capaz de hacer una buena escucha visceral para ver que los órganos mencionados anteriormente funcionan bien. No es suficiente con que el especialista se dedique a “craquearnos” la espalda de arriba abajo, ya que esto sin un buen trabajo muscular de masaje y estiramiento no sirve prácticamente para nada. Es la combinación de un buen trabajo músculo-esquelético lo que hace que nos recuperemos pronto y bien de una lumbalgia.

Por último comentar que si el dolor va acompañado de fiebre, pérdida de fuerza y peso, y no mejora en unos 10 días aproximadamente, hay que consultar al médico para que interprete los signos y síntomas y lo derive al especialista que considere oportuno.